Al momento de soldar, las soldadora inverter son la opción cutting edge que debes escoger. Además de sus numerosas ventajas, si se comparan con los soldadores clásicos, se puede apreciar la evolución en diseño y tecnología; Y así, decimos adiós a los transformadores analógicos e inestables de las soldadoras tradicionales.
A pesar de que los costos de las soldadoras inverter sean más elevados que las soldadoras tradicionales, escogerla te garantizará un fácil manejo del equipo, por su tamaño ergonómico; además, conseguirás realizar soldaduras más estéticas y no tendrás que cambiar de máquina para realizar otras soldaduras, ya sean polivalentes o multifuncionales.
Como no todo es color de rosa, la desventaja que traen estos equipos son los costos de mantenimiento y la disponibilidad del servicio especializado dependiendo del país en el que te encuentres; Por lo cual es primordial que a la hora de comprar un soldador inverter, tengas en consideración las reseñas de los equipos, de esta manera podrás adquirir un equipo de calidad y que no demande servicio técnico prematuro.
Diferencias ente las Soldadoras Clásicas y las Soldadoras Inverter
Para delimitar con exactitud las diferencias entre ambas soldadoras, se debe iniciar hablando sobre las dimensiones y peso de cada una, este factor “tamaño” es muy importante ya que dictamina la portabilidad de la máquina. Las soldadoras inverter se encuentran en el mercado con un asombroso peso de tres kilos en adelante, mientras que entre las soldadoras clásicas se han fabricado máquinas de hasta setenta y cinco kilos, limitando al usuario a utilizar un montacargas o un flete especial. De esta forma, no solo la soldadora inverter gana la batalla del peso, si no también, en cuanto al transporte y la movilidad de la máquina.
Con respecto a la calidad tanto de la soldadora como de la soldadura, se considera que, para obtener una herramienta de calidad, se debe escoger un producto de calidad. Las soldadoras inverter son fabricadas de muchas maneras, por ejemplo, se fabrican máquinas soldadoras con un período corto de vida y obsolescencia programada, por un bajo precio; De igual forma se fabrican máquinas que se convierten en una herramienta para toda la vida, marcas como Lincoln Electric o Greencut.
La fuerza de las soldadoras no se disputa ya que ambas poseen la capacidad de pasar desde 55 A hasta, 150 A. Lo interesante es, que la potencia en el caso de las soldadoras inverter, sigue siendo portátil.
En cuanto al precio, como anteriormente mencionado, las soldadoras inverter poseen unos costos más elevados, como todo en la tecnología, a medida que avanza y evoluciona, se revaloriza y sus costos son más altos. Cuando nos referimos a las soldadoras inverter, se pueden conseguir en el mercado desde ochenta y nueve dólares hasta la majestuosa Lincoln Electric Ranger 305 G Multiprocesos, de cuatro mil quinientos ochenta y ocho dólares. Los precios varían siempre en torno a los features de cada máquina, desde las pantallas lcd, las perillas, la calidad de los materiales y las funciones que tenga para ofrecer; Indiscutiblemente a pesar de que los costos de las mejores soldadoras inverter sean elevados, representan una inversión, en un oficio aceptado mundialmente y altamente remunerado, por lo cual invertir en equipos de calidad garantiza el beneficio del comprador y los usuarios.
Una de las otras grandes diferencias entre la soldadora inverter y la soldadora clásica es que con el avance de la tecnología se añadieron circuitos integrados a las maquinas soldadoras inverter, dándoles la virtud de poseer un software para manejar el desempeño y ejecución de funciones, este software es actualizable según las consideraciones del fabricante; esto implica que el desarrollo en el desempeño de tu equipo pueda estar en la palma de tu mano a penas se encuentre disponible.
Por último, una de las más grandes diferencias entre estas soldadoras es la precisión y estética de la soldadura. Las soldadoras inverter tienen la capacidad de manejar un voltaje regulado gracias a su placa electrónica y software inteligente, convierte la corriente alterna en corriente continua, permitiendo un trabajo prolijo y de calidad.
Un Vistazo a la Historia de las Soldadoras
La raza humana deseaba evolucionar y por eso, empezó a levantar diversas herramientas, y una de ellas nació debido a la forja, que era la idea de usar los metales para diferentes efectos. En este evento, aglutinar materiales fue esencial, por eso, surgió la pregunta de cómo fundir dos tangibles de metal para poblar un tercero más fuerte, con características y propiedades únicas. Por profusos entendimientos se necesitaba generar esa herramienta, uno de ellos fue para la elaboración de arsenales y en la exaltación del adorno corporal: la orfebrería, que era el éxito en su tiempo. A todo este proceso se le reconoció como Soldadura de fragua o por forja. Se han revelado escritos sobre soldaduras en los textos egipcios y Romanos, que de hecho utilizaban la sutura por forja que es unir dos materiales por la exposición de elevadas temperaturas para luego golpearlas para que se soldaran. Es aquí que podemos observar el origen de la Soldadura Clásica.
La soldadura es un mecanismo de fijación en el cual se realiza la unión de dos o más piezas de un material, normalmente logrado a través de la coalescencia (fusión), en este proceso las piezas son forjadas fundiendo, se puede añadir un material de aporte (metal o plástico), que, al fundirse, forme un charco de material fundido entre las piezas a soldar (el baño de soldadura) y, al temperarse, se convierte en una unión sólida a la que se le denomina cordón. A veces se usa conjuntamente presión y calor, o solo presión, para producir la forjadura. Esto está en disparidad con la soldadura blanda y la soldadura fuerte, que implican la fundición de un material de bajo punto de fusión entre piezas distintas para formar una unión entre ellos, sin derretir las piezas de trabajo.
Distintas fuentes de energía pueden ser empleadas para la soldadura, entre ellas están una llama de gas, un arco eléctrico, un láser, un rayo de electrones o fricción. La energía que se necesita para formar la unión entre dos partes de metal usualmente proviene de un arco eléctrico.
